Por su parte, la secretaria general del STEI-i, Neus Santaner,
reconoció sus «esperanzas» en esta reforma, aunque resaltó la
necesidad de que las medidas que se implanten cuenten con la
financiación necesaria por parte del Gobierno, «de lo contrario
fracasarán, como pasó con la LOGSE y como iba a pasar la LOCE».
El conseller señaló que los técnicos de su departamento
estudiarán durante los próximos días el documento «Una educación de
calidad para todos y entre todos» que ha elaborado el Ministerio y
manifestó su intención de evitar un «juicio precipitado» sobre su
contenido. Respecto a que la enseñanza de la religión se mantenga
como asignatura optativa sin puntuar, consideró que no supone «una
apuesta tan definitiva por el laicismo como algunos quieren
ver».
Fiol manifestó su rechazo a los planes del Ministerio de incluir
una nueva asignatura sobre normas de conducta social, al considerar
que es necesario distinguir entre la educación y la instrucción
pública. Los valores sociales deben aplicarse en la enseñanza de
todas las asignaturas, dijo.
El titular d'Educació criticó que la propuesta de reforma
elimina la celebración de un examen al terminar bachillerato y
explicó que modifica el carácter asistencial de la educación de 0-3
para considerarlo un servicio hasta los 6 años.
Además, reclamó «que se abra un verdadero debate, en el que
pueda participar la comunidad educativa». Santaner defendió la
eliminación de los itinerarios y la reválida, aunque sobre la
asignatura de educación en valores consideró que «debería ser
transversal a todas las demás materias».
FETE-UGT calificó de «positiva» la reforma, aunque su posición
final «dependerá de la negociación».
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