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«Tenemos que impulsar una estrategia de desarrollo sostenible sin la imposición de una ecotasa. Por eso, frente a este modelo basado en la imposición, que genera rechazo y efectos contraproducentes, se puede hablar de un modelo distinto, el de la convicción, que pretende buscar la complicidad de todos los sectores del mundo turístico, incluso a los turistas o visitante», señalaba ayer tarde el conseller de Turisme, Joan Flaquer, en la conferencia «Turismo y entorno: imposición o convicción» que pronunció en la Fundació La Caixa invitado por el Cercle Financer de Balears.

Insistió en esta tesis, al puntualizar que la aplicación de una política «activa y participativa que combine ecología y economía para impulsar el desarrollo turístico en Balears y dé impulso a una imagen sostenible de la oferta, frente a la política de la imposición que se ejerció con la ecotasa».

Reconoció abiertamente que la inversión privada en Balears en materia medioambiental es «insuficiente, pero espero que en los próximos años esta participación repunte gracias a la Fundación para el Desarrollo Sostenible de les Illes Balears y con la creación de la tarjeta verde».

En este punto, el conseller señaló que la producción de la «tarjeta verde será masiva» para cubrir la gran demanda de los mayoristas, aunque también estará a la venta, con un precio por determinar, en hoteles, oficinas de turismo y otros establecimientos. La iniciativa, según explicó, cuenta con el respaldo del sector turístico balear de los touroperadores, que, dijo, «ven en ella un elemento comercial importante para sus clientes además de un factor promocional de primer orden para la imagen de Balears como destino turístico volcado en la preservación de sus valores medioambientales».

Sobre el futuro de la Fundación de Desarrollo Sostenible, el conseller espera que se produzcan nuevas incorporaciones y nuevas aportaciones en el futuro, tanto desde el sector privado como desde las distintas administraciones públicas.

Y un punto en el que hizo especial énfasis fue en los errores que se han cometido en Balears en materia de ordenación, «pero el balance entre esos errores, incluso desastres, y paisajes preservados se inclina abrumadoramente a favor de estos últimos».