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Las fases de la luna son las que marcan el principio y final de cada uno de los doce meses del calendario islámico, lo que significa que la duración de un mes puede variar de 29 a 30 días. El noveno mes de este calendario recibe el nombre de «Ramadán». Se trata de una celebración muy especial para los musulmanes: en este periodo descendió la primera de las revelaciones coránicas al profeta Muhammad.

Yousses Jouihri, imam de la mezquita de la calle Samaritana de Palma, asegura que «es una práctica purificadora, tanto a nivel físico como espiritual. Causa júbilo en el creyente». El ayuno diario comienza y acaba con la salida y puesta del sol. En este período de tiempo no está permitido beber, comer o tener relaciones sexuales. Pero una vez llega la noche y el sol desaparece, el creyente vuelve a sus hábitos cotidianos: rompe el ayuno con una comida ligera que precede a la cena, la cual se efectúa unas horas más tarde.

Precisamente, el pasado jueves -día 14 de octubre- dio inicio el Ramadán al caer la noche. Al salir el sol, a primeras horas del viernes día 15, comenzó el ayuno. Un grupo de amigos y parientes de Yousses se reunieron (después de las oraciones preceptivas) a las 22.00 horas en el barrio de la Soledat para celebrar conjuntamente el inicio del Ramadán. Los marroquíes Said Mama, el español Omar, los argelinos Amine Saly y Youssef Kirma compartieron una entrañable velada, en la que la amistad, el compañerismo y la reflexión fueron la nota común. Probaron el dulce especiaShebaika y eSlilo. Otros platos en este mes son el estofado tangia y la sopa harira.

Toni Limongi