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Los portavoces de la oposición en Cort, Antoni Roig por el PSOE, Eberhard Grosske por EU-EV y Pere Muñoz por el PSM-EN realizaron ayer una comparecencia conjunta para hacer una primera valoración de la dimisión del popular Antoni Nadal de todos sus cargos en el Consistorio.

Los tres coincidieron en señalar que Nadal debería haber dimitido el verano pasado, cuando fue condenado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Palma por una falta de coacciones el 23 de junio. La oposición pidió por primera vez que el ahora ex presidente de Emaya dimitiera el pasado 4 de agosto, al considerar que habría mentido al afirmar que no sabía que en su piso vivía una persona cuando ordenó cortar el agua.

Las críticas se hicieron también extensivas ayer a la alcaldesa de Palma, la popular Catalina Cirer, al entender Roig, Grosske y Muñoz que debería haber forzado en su momento la dimisión de Nadal para evitar someter a todo el Consistorio a «un largo periodo de agonía».

Roig calificó todo lo sucedido en estos últimos meses como «impresentable», si bien señaló que lo importante es mirar «hacia adelante» a partir de ahora. Asimismo, indicó que Cirer se encuentra ahora en una situación de «absoluta soledad» en el Consistorio palmesano.

Grosske, por su parte, indicó que Nadal «no era digno de formar parte de Cort», y mostró su esperanza en una rectificación en la forma de actuar del actual equipo de gobierno, si bien criticó que Cirer no hubiese hecho ayer una valoración política de la dimisión de Nadal. Por último, Muñoz dijo que Nadal no había hecho una buena gestión en Emaya, y lamentó que ahora vaya a entrar un edil no electo en Cort, «a pesar de que Cirer dijo en su momento que esto no sucedería».