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A partir de noviembre, podrán celebrarse en el salón de plenos de Cort y en el Castell de Bellver no sólo bodas civiles, como se hacía hasta ahora, sino también uniones de parejas de hecho -o estables-, tanto heterosexuales como homosexuales.

Las ordenanzas fiscales reguladoras de las tasas, los impuestos municipales y los precios públicos para el año que ahora termina ya preveían esta posibilidad, que nunca llegó a hacerse efectiva.

Sin embargo, una reciente sentencia que confirma dicha opción abre las puertas para que mañana mismo una pareja de hecho pueda acudir a Cort a cursar su solicitud. Las tasas para 2004 son de 102 euros si la celebración de la boda civil o de la unión tiene lugar en Cort y de 335 euros si se oficia en el Castell de Bellver. Para el próximo año las tasas serán de 105 euros en el primer caso y de 345 en el segundo.

El teniente de alcalde d'Hisenda i Funció Pública, el popular Pedro Àlvarez, confirmó esta posibilidad en el transcurso del pleno celebrado ayer, que aprobó de forma provisional las ordenanzas fiscales reguladoras de las tasas e impuestos y de forma inicial las ordenanzas reguladoras de los precios públicos, con los votos a favor del PP, la abstención del PSM-EN y los votos en contra del PSOE y de EU-EV.

Al inicio del pleno, Cirer dio la bienvenida a la nueva edil no electa, Rosa Arregui, y tuvo unas palabras de recuerdo para el ex teniente de alcalde Antoni Nadal, que dimitió el pasado 14 de octubre tras la ratificación de una condena previa por una falta de coacciones.

Futuro
Otros asuntos de debate fueron el posible futuro de las canteras de Establiments, en donde vecinos de la zona y trabajadores coincidieron en su petición de que el Govern apruebe un plan de restauración, así como la oposición de los vecinos de es Secar de la Real a la construcción del nuevo Son Dureta en el solar de Son Espases y las críticas a la propuesta de reforma del Parc de ses Estacions.

En cuanto a las intervenciones de los concejales, la sesión de ayer transcurrió, con alguna loable excepción, al mismo nivel vergonzoso e ínfimo de los últimos plenos, es decir, marcada por la demagogia y la tendenciosidad más sonrojante, los argumentos falsos, el tedio en el desarrollo, la apatía de los ediles, los constantes e inútiles reproches por la herencia recibida de una y otra parte, y las descalificaciones e insultos habituales.