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Pascual acababa de explicar las grandes líneas del presupuesto cuando admitió ante un grupo de periodistas que todos los proyectos de carreteras se están planificando en función de que exista este segundo cinturón, una vía de circunvalación que descongestionaría las entradas a Palma y que evitaría los colapsos de tráfico. Pascual destacó el carácter «irrenunciable» del segundo cinturón, incluido dentro del convenio firmado entre el Govern balear y el Ejecutivo central, hasta el punto de afirmar que si no recibe financiación estatal deberá ser asumido por la institución insular.

El Consell de Mallorca no dispone de fondos para afrontar en solitario esta obra por lo que debería recurrir al endeudamiento o bien optar por el sistema de «peaje en sombra». Este sistema permite adjudicar las obras de construcción y mantenimiento a una empresa e ir pagando a plazos en función del número de vehículos que transitan por la misma.

Precisamente, la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos del Govern balear incluye una disposición que autoriza al Ejecutivo a utilizar este sistema de financiación en las obras del convenio de Carreteras.

El Govern balear se ha mostrado partidario de aparcar el proyecto de segundo cinturón si con ello se consigue que Madrid financie el resto de obras. Sin embargo, Pascual recordó que la planificación viaria es del Consell y que el cinturón tendrá que construirse «tarde o temprano».

El departamento que gestiona Antoni Pascual dispondrá el próximo año de 65,5 millones de euros; de los que 34 se dedicarán a la construcción de carreteras.

Entre las iniciativas ligadas el segundo cinturón se encuentra la construcción de un carril para cada sentido en la Vía de Cintura de Palma a partir de la carretera de Valldemossa, obra que podría empezar a ejecutarse en 2005, si los técnicos deciden no empezar a ejecutar ese mismo año las obras en el Camino de Jesús de Palma para convertirla en vía de cuatro carriles.