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El hotel Barceló Pueblo Park, de la Playa de Palma, no ha sido objeto de inspección por parte de los técnicos de la Conselleria de Turisme aunque durante la temporada ha recibido clientes con normalidad. El establecimiento «puede funcionar normalmente porque cuenta con la licencia de actividad turística que fue concedida en 1965», informaron desde la Conselleria de Joan Flaquer.

El establecimiento, que ha experimentado un proceso de reforma integral valorado en 18 millones de euros, carece de las licencias municipales de instalación y apertura y funcionamiento. Tampoco ha recibido el final de obra porque la propiedad todavía no lo ha solicitado. El Plan de Seguridad, que establece las medidas contra incendios, rutas de evacuación y directrices de actuación en los casos de emergencia, no ha sido aprobado. Tampoco dispone de la licència de apertura de la reforma, que tiene que facilitar Turisme.

En consecuencia, ni los inspectores municipales ni los técnicos de la Conselleria han revisado las instalaciones modernizadas, ni han comprobado si las obras se ajustan al proyecto o si se cumplían todos los requisitos exigibles para su uso.

Fuentes de Turisme explicaron que la propiedad todavía no ha solicitado la licencia de apertura de la reforma, un trámite «necesario» para poder enviar a los inspectores. Los técnicos del Ayuntamiento tampoco han ido porque no se ha pedido el final de obra. Para Cort, oficialmente, las obras todavía continúan. El único permiso de que dispone el establecimiento es la licencia de actividad turística de 1965 concedida por el entonces ministro Manuel Fraga Iribarne.

El Grupo Barceló pidió el 16 de septiembre del 2003 al departamento que encabeza Joan Flaquer la autorización previa a la reforma integral para convertir el Pueblo Park en un aparthotel, pero sin incrementar su capacidad original de 276 unidades y 694 plazas. El permiso previo fue concedido con el visado de obra mayor de los Colegios de Ingenieros y Arquitectos.