Además de ser una fiesta para recordar a nuestros seres queridos
ya fallecidos, Tots Sants es una fecha propicia para endulzar
nuestro paladar con las dos especialidades resposteras de esta
época: panellets y rosaris.
El origen de estos dulces se remonta, al parecer, a la época del
Barroco, y responde a manifestaciones culturales gastronómicas de
una fiesta eclesiástica. Los rosaris representaban los rosarios que
se rezan para salvar las almas del purgatorio. La patena, que es el
medallón final de los rosaris, está hecha de calabaza. La forma de
este dulce es esférica, ya que sus elementos debían recordar las
cuentas del rosario. Los hay de distintos tipos, dependiendo de sus
condimentos. Bartolomé Amorós, propietario de la confitería Cas
Net, destaca los que llevan cuentas de yemitas y bombones, y los de
mazapán y bombones. Son dulces elaborados artesanalmente, y «allí
radica su calidad superior», señala. Este maestro los elabora la
misma semana, pues desea que su clientela los pueda degustar con
toda su frescura.
La tradición marca que sean los padrinos los que regalen los
rosaris a sus ahijados; una tradición que, según Amorós, se ha ido
perdiendo. En las Pastisseries Pomar, de Palma y Campos, los
realizan de yemitas, frutas escarchadas, bombones y panellets.
Según comenta Inés Moriel, miembro de la familia Pomar, durante
esta época se realizan cerca de 200 rosaris y 200 kilos de
panellets.
Por su parte, los panellets se elaboran a partir de masa base
compuesta por almendra, azúcar y huevos. Después se añaden los
distintos sabores como chocolate, yema, fresa, coco, café, limón,
almendras y de piñones, que es el más típico. Los precios de estos
dulces oscilan entre los 31 y los 36 euros el kilo, los panellets,
y entre los 7 y 10 euros, los rosaris.
Samantha Coquillat
Foto: Ana Somoza
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