El equilibrado resultado del congreso del PSM, celebrado el fin de
semana en Manacor, obligará a un pacto permanente entre las dos
corrientes que pugnaban por hacerse por el control del partido y
que ahora compartirán dirección.
Ni el antiguo aparato, que representarían los que hasta ahora se
han llamado «oficialistas» ni los críticos que han pasado por
«renovadores» podrán decidir por sí solos su política de alianzas,
si bien la ponencia política aprobada en Manacor -la «oficialista»-
marca el camino: alejarse tanto de un pacto con ERC como de un
acuerdo con Esquerra Unida.
El modelo que ahora explorará el PSM es el que ha caracterizado
el Bloque Nacionalista Gallego.
El texto del documento político es claro: «El PSM ha de explorar
las posibilidades de unidad del nacionalismo y de la izquierda,
entendiendo que cualquier avance hacia este bloque tiene que
producirse a partir de la coincidencia de un proyecto común,
inequívocamente nacionalista, de izquierdas y ecologista».
«Lo que hay que tener claro es que el PSM nunca podrá ganar
solo», aseguraba ayer a Ultima Hora el nuevo secretario general del
partido, Biel Vicens.
El nuevo secretario general del partido no tendrá tanto poder
como el que se le presuponía a Mateu Morro, anterior secretario
general. «En el PSM ya no habrá generales», indicó ayer uno de los
cargos del partido que, al igual que la mayoría de personas
consultadas por este periódico, coincidió en señalar que vista la
división del partido, no quedaba otra opción que el acuerdo. Un
acuerdo, que da una ligera ventaja a Vicens ya que pese a que el
núcleo de cargos de la ejecutiva (Permanente) está repartida al
50%; al sumarse los vocales de votación abierta en el congreso, la
proporción se inclina a favor del nuevo secretario general.
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