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R.D. Pese a que todavía falta algo más de un mes para celebrar la llegada de la Navidad y algo menos para el encendido de las bombillas de colores por parte de la alcaldesa de Palma, las calles más céntricas de la ciudad se vistieron ayer, por unos minutos, con las luces de las fiestas más esperadas por pequeños y mayores. Los operarios que trabajan en la colocación de la iluminación navideña realizaron a última hora de la tarde de ayer una serie de pruebas que, por un breve espacio de tiempo, dibujaron un escenario diferente en el corazón de Ciutat. Fueron unos minutos en los que los transeúntes, a pesar del frío, se sintieron arropados por el calor de unas fiestas tan cercanas como entrañables. Y es que sólo unas pocas semanas nos separan de esos concurridos almuerzos en familia, de la ilusión con que los pequeños aguardan la llegada de los Reyes Magos, de las doce uvas con que se despedirá el presente año y, claro, de las vacaciones.