El padre Joan Francesc Marc, bibliotecario de La Real, y su
párroco, Antoni Vallespir, celebraron ayer una ceremonia que no se
llevaba a cabo en el monasterio desde principios del S. XIX y en la
que se expulsó a los «demonios que incitan a construir en La
Real».
Las 'Rogatives del Vespre', que en la antigüedad se realizaban
para exhortar a los espíritus malignos que causaban la peste o
provocaban sequía, fue celebrada para «expulsar la peste
postmoderna, la peste del cemento», dijo Vallespir.
La ceremonia conmemoró además el primer aniversario desde que
esta comunidad iniciara su protesta contra la construcción del
hospital de Son Espases. «Una resistencia que cuenta con el apoyo
de la jerarquía de la Iglesia», indicó el párroco, quien anunció
contar con la bendición de Josep Amengual, superior general de la
comunidad. Asimismo, Vallespir relató cómo recientemente notificó
al vicario general, Andreu Genovart, y al obispo, Jesús Murgui, su
más profunda convicción sobre la obligación de hacer justicia en La
Real y recordó que el Defensor del Pueblo «nos ha dado la
razón».
La ceremonia empezó en el claustro del monasterio con una
invocación a Dios, Jesucristo, la Madre de Dios y santos como Sant
Bernat, Ramon Llull o Catalina Thomás, además de beatos como
Francisca Cirer o Juníper Serra; padres como Gaspar Munar, Joan
Jaume Sunyer y Miquel Cirer, y abades como Gregorio Salvà y Onofre
Pol, entre otros, «a pesar de alejarnos un poco de la liturgia»,
reconoció Marc.
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