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Descubrir el arte a una edad avanzada es para muchos adultos una nueva oportunidad cultural en su vida. Y buen ejemplo de ello dan los alumnos de los cursos «Aprendiendo arte» que organiza el Centre Cultural Sa Nostra desde hace siete años. Estos cursos se dividen en cuatro grupos, que se establecen por periodos de la historia del arte. Así, el primero va de la prehistoria al siglo XV; el segundo del siglo XVI al XVIII; el tercero, del XIX al XX y el cuarto es un monográfico del arte en general del siglo XX.

Cerca de cincuenta alumnos componen cada uno de estos cursos, que se imparten de octubre a mayo. En las clases se da una visión general del arte y una más personal sobre el patrimonio de la Isla. De esta forma, las clases teóricas se complementan con una serie de visitas a distintos museos o edificios de la Isla para conocer directamente las obras. «Hay lugares de Mallorca que conoces de toda la vida pero de los que no sabes su historia, con este curso pasas por delante de ellos y sabes el estilo de cada uno», comenta Natividad Mir, una de las alumnas de tercero. El alumnado que acude a estos cursos son personas mayores, de edades comprendidas entre los 60 y los 90 años, que están interesadas en descubrir o conocer más profundamente el mundo del arte.

María José Lapeña, profesora de estos talleres, destaca que trabajar con ellos «es muy gratificante. Enseñar a niños requiere unas técnicas pedagógicas concretas que no exigen estas personas. Ellas se han apuntado por propias motivaciones».

La alumna Mercedes Cubete señala que el arte siempre le ha interesado pero que antes no tenía tiempo para estudiar, ya que trabajaba en un banco. Por su parte, Miguel Massanet asegura que el curso es «interesante por el contenido y entretenido porque te ayuda a pasar el rato. Así, yo mismo me creo una obligación que también tiene sus compensaciones». Lourdes Marqués dice que «para el arte no hay edad. Con este curso, he vuelto a recordar cosas que había dejado de valorar. Además de conocimientos artísticos, estos cursos me ha permitido conocer a gente con otras ideas que me han enriquecido».

S. Coquillat