El president del Govern, Jaume Matas (PP), alertó ayer sobre «los
planteamientos que parecen encaminados a abrir un proceso de
redefinición del Estado» y advirtió que se podría «trasladar a la
ciudadanía la idea de una cierta provisionalidad del texto
constitucional». Matas, sin aludir explícitamente a nadie -pero en
lo que parece una respuesta a tesis como las que defiende el
president de la Generalitat, el socialista Pasqual Margall-, se
expresó así durante la recepción institucional celebrada en Palma
con motivo del 26 aniversario de la aprobación de la Carta Magna y
en el que la gente de la calle, representada por 13 personas
elegidas para la ocasión, tuvo un protagonismo fundamental. Estas
trece personas, y según su actividad, pusieron su voz a diversos
artículos de la Carta Magna. Una de estas voces fue la del niño
colombiano Andrés Eduardo Vega quien, como explicaba Ultima Hora el
pasado domingo, buscó hace unos meses la mediación del delegado del
Gobierno para agilizar la regulación de «papeles» de su padre.
También una voluntaria que acudió a Galicia tras la catástrofe del
«Prestige» dejó oir su voz.
Cerca de cuatrocientas personas, cien de las cuáles tuvieron que
quedarse de pie, llenaron la carpa instalada en el centro cultural
de La Misiericòrdia donde se celebró el acto. Un acto que presentó
la periodista Mónica Bestard, de 26 años, los mismos que cumple la
Constitución, y que tuvo dos intervenciones de claro contenido
político: la del president Matas y la del delegado del Gobierno,
Ramon Socías, el anfitrión de la jornada y que compartió la mesa
presidencial con Matas y Maria Antònia Munar, presidenta del
Consell de Mallorca, institución de la que depende La Misericordia.
El delegado del Gobierno, Ramón Socías -que intervino antes que
Matas-, hizo hincapié en la necesidad de recuperar «el espíritu de
diálogo y consenso» que permitió la redacción del texto
constitucional, para «avanzar en la solución de los problemas
actuales» y conseguir «el destierro definitivo de una manera de
hacer política basada exclusivamente en el menosprecio constante al
adversario».
Este propósito debe servir, según expuso, para acabar con
desencuentros como el protagonizado por las administraciones
estatal y autonómica en el plan de carreteras. Socías hizo un
«llamamiento sincero a la colaboración y a la lealtad
institucional», para lo que expresó su deseo de «extender la mano a
las instituciones autonómicas» y recalcó la relevancia de acordar
soluciones para problemas de «interés general» de la Comunidad y
defenderlos conjuntamente «gobierne quien gobierne» en Baleares y
en el Ejecutivo central. La prudencia en torno al ámbito de la
reforma constitucional y la necesidad de alcanzar acuerdos estables
de colaboración marcó tanto la intervención de Matas como la de
Socías, que no dudó en aprovechar la ocasión para «hacer una
llamada sincera a la colaboración y lealtad institucional». También
Munar, en declaraciones a los medios de comunicación, señaló que
las reformas deben ser «respaldadas por el conjunto de la
sociedad», por lo que defendió la necesidad de realizar
modificaciones «cuando haya un amplio consenso» que lo
recomiende.
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