TW
0

De vez en cuando a nuestros políticos también se les ven las miserias. Porque habitualmente ejercen con verdadero ahínco -demasiado, en ocasiones- el papel que la historia les ha encomendado, o sea, el de cerrarse en banda y sin argumentos a todo lo que propone el partido rival. Pocas veces asistimos a un verdadero debate en el que se expongan ideas, propuestas, proyectos de futuro elaborados con fundamento y con el interés público como único referente. Y prácticamente nunca vemos que se ponen de acuerdo para algo, aunque ese desacuerdo perjudique claramente -a veces, gravemente- nuestros intereses como ciudadanos.

Pues ahora ha ocurrido. Y para más inri, lo han hecho corriendo un tupido velo para que nadie se entere. Fue hace un mes, el 17 de noviembre, cuando todos los partidos políticos que nos representan en el Parlament de les Illes Balears decidieron por unanimidad subir un 25 por ciento las asignaciones que perciben los grupos parlamentarios del dinero público -o sea, del nuestro-, aunque está más que claro que lo asignado es una cifra ciertamente generosa, como la que disponen los diputados en unos sueldos también nada despreciables.

Vivimos, señores, en una comunidad medianamente rica que, a pesar de todo, adolece de muchas carencias, especialmente a nivel social. Por eso a muchos ciudadanos puede resultarles indignante esta exagerada subida para unos ciudadanos que ya de por sí son unos privilegiados que cobran entre 48.000 y 69.000 euros al año si tienen dedicación exclusiva. Resulta, cuando menos, curioso que ante una propuesta como ésta nadie eleve la menor protesta, ni desde la izquierda ni desde la derecha. Cuando se trata de repartise un jugoso pastel, todos están de acuerdo.