TW
0

El obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui, apeló ayer al respeto a la diferencia como línea de actuación de todos los fieles. El obispo presidió ayer la misa celebrada en la Catedral de Palma con motivo de la fiesta de Sant Sebastià, a la que asistieron las principales autoridades de la Isla.

Jesús Murgui defendió el mensaje que han dejado las Bienaventuranzas y precisó que Dios no quiere el sufrimiento ni la persecución al prójimo, «pero protege a los que sufren y a los que son perseguidos». Consideró que las Bienaventuranzas supusieron «la gran revolución de Jesús» y señaló que en la medida en que los pobres y los más pequeños se instalan en el centro de nuestro pensamiento, se producirá una mejora de la sociedad.También tuvo palabras de recuerdo para el Papa Juan Pablo II. «Cuando el Papa nos da ánimos para defender la dignidad humana, nos da ánimos para que también nosotros apliquemos este mensaje en nuestras vidas», aseguró en la homilia.

En su homilía, Jesús Murgui animó a los fieles aprenden a estimar y apreciar a los demás, «más allá de las diferencias ideológicas, sabiendo perdonar y siendo hospitalarios» que, según dijo, es una de las enseñanzas que recogen las Escrituras. Monseñor Murgui también invitó a los asistentes a la misa a que vivan sin ansia de dinero, de poder, «sin orgullo y sin un culto al 'yo' y a una visión cerrada de la realidad».

La misa celebrada ayer en la Catedral estuvo presidida por el jefe del Ejecutivo balear, Jaume Matas, que estuvo acompañado por el conseller d'Educació, Frances Fiol, como únicos representante del Ejecutivo. A la misa acudieron además el president del Parlament balear, Pere Rotger, y el comandante general de Balears, Luis Peláez Campomanes.