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El anterior conseller de Turisme y actual portavoz del PSIB en la materia, Celestí Alomar, calculó ayer que el Govern tendría que vender «26 millones de tarjetas verdes» para igual la cantidad que se recaudaba, al año, con la ecotasa: unos 53 millones de euros.

La «tarjeta verde» es la alternativa del PP a la ecotasa y fue presentada en la última edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur).

Alomar expresó su temor a que, con la comercialización de la «tarjeta verde», servicios que hasta ahora eran gratuitos para los ciudadanos, como las visitas al centro de interpretación del Parque Natural de s'Albufera y Son Real, pasen a ser de pago.

Apuntó que el conseller de Turisme, Joan Flaquer, ya debería haber solicitado una comparecencia en el Parlament para explicar todas estas cuestiones.

«Es un mal negocio», indicó Alomar que el Govern perderá 1,22 euros por cada tarjeta verde que se venda a los turistas. La tarjeta, que podrá adquirisrse a 10 euros (dos de comisión para los hoteleros, que la comercializarán) es, según los socialistas, ejemplo de la «errática» política del Govern en esta materia.