La presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, se
mostró convencida de que, cuando se analice las figuras de la
historia del siglo XX «Juan Pablo II ocupará un lugar
destacadísimo». Destacó la gran influencia del Papa en
acontecimientos significativos y consideró que está «a la altura de
los más grandes del siglo».
Jaume Matas expresó su «tristeza» por los difíciles momentos
vividos por el Pontífice, de quien destacó su «capacidad de
sufrimiento». Para Matas, el papel del Papa en la historia europea
del último tercio del Siglo XX ha sido «determinante». «La Historia
le recordará por haber abierto el diálogo entre la Iglesia Católica
y las otras religiones, sobre todo durante sus incansables viajes
alrededor del mundo», añadió.
Asimismo, dijo que ha demostrado ser un hombre «de una gran
fortaleza moral y con una capacidad de sufrimiento personal
impresionante». «Yo he tenido la ocasión de coincidir con el Papa
en dos ocasiones en Roma y, la verdad, haber visto cómo viene
encajando el dolor desde hace unos años, es una gran lección para
todos», recordó.
«Podrá haber sido discutido por su rigor moral o por concretas
actuaciones en determinados ámbitos, pero nadie le podrá negar el
ansia con que ha predicado el mensaje de Cristo y su súplica
constante a favor de la paz», añadió la presidenta del Consell.
Catalina Cirer no quiso hacer comentarios como alcaldesa de
Palma, pero aseguró que, «como católica», el de ayer fue un día
triste para la Iglesia. Cirer destacó el gran pontificado de Juan
Pablo II y su mensaje evangelizador por todo el mundo, incluidos
incluso países sin mayoría católica. «Juan Pablo II deja un mundo
mejor», aseguró Catalina Cirer a modo de conclusión.
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