El gerente de Urbanisme del Ajuntament de Palma, Juan José
Ferrando, explicó ayer los pormenores de las obras de urbanización
que se están realizando en estos momentos en Puntiró. Estos
trabajos han suscitado algunas críticas por parte de vecinos que
viven en las inmediaciones de la zona, pues para poder conectar las
nuevas líneas de alta tensión y de alcantarillado que habrá en
Puntiró con s'Hostalot será imprescindible que se realicen también
obras en el interior de varias fincas privadas.
Ferrando recordó que este tipo de actuaciones se llevan a cabo
con cierta frecuencia cuando se construye o se amplía una
urbanización. En casos así, se comunica al propietario de la finca
afectada por lo que se conoce como «derecho de servidumbre» que
será necesario que pasen por la misma determinados servicios.
Además, en la parte de los terrenos en donde se realizan estos
trabajos ya no puede cultivarse ni construirse nada en un futuro.
Igualmente, el propietario de la finca afectada está también
obligado a permitir que los operarios entren en sus terrenos si es
preciso realizar una reparación en los mismos. «Es cierto que
actuaciones como éstas representan una molestia para los afectados,
pero la normativa está fijada de este modo y hay que acatarla»,
destacó Ferrando, quien recordó que en un principio estaba previsto
que las aguas residuales fuesen a una depuradora situada dentro de
la urbanización de Puntiró. No obstante, esta posibilidad quedó
descartada «por razones medioambientales y también porque hubiese
ocasionado muchos problemas de mantenimiento».
En los proyectos de urbanización no sólo se delimitan los viales
y las conexiones que han de hacerse, sino también las zonas verdes
y otras actuaciones en superficie.
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