La playa de Palmanova también contó con muchos bañistas, que acudieron para disfrutar del sol.

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Sol, con alguna que otra nube, mucho calor y ganas de disfrutar del tiempo libre fueron los tres factores predominantes que se dieron ayer, primer domingo de verano. Y es que, a pesar de que muchas personas ya habían pisado la playa en los últimos días de primavera cuando el tiempo se convirtió en veraniego, la jornada de ayer fue un día clave en el calendario de este estío. Los niños jugaban en la arena conscientes de que hoy no tendrían que volver al colegio, los padres se sentían más relajados ante la posibilidad de disfrutar de sus hijos por más tiempo. Para otras muchas personas, ayer era un presagio de las inminentes vacaciones de verano.
El alma de los domingueros aflora durante la temporada de verano. Ayer, las playas de la Isla presentaban un aspecto bastante lleno muy propio de la época estival que acabamos de comenzar. Palmanova, el Port de Pollença y la Platja de Palma fueron la opción de mucha gente. Muchas personas acudieron a estas playas en compañía de amigos y familiares para tomar el sol, darse quizás el primer baño de la temporada, jugar a las paletas, a voleibol o hacer castillos en la arena. Todos ellos provistos, además de la correspondiente sombrilla y de la crema protectora, de una buena mercancía de víveres para comer en la misma playa. Algunos, los más previsores, reservaron mesa en algunos de los restaurantes de la zona para poder comer refrescándose con la brisa propia de las terrazas o en el interior del local disfrutando del aire acondicionado. Todo valía para soportar el bochorno de ayer. Los helados, granizados y las bebidas frescas tuvieron ayer especial protagonismo.

Fue el primer domingo del verano, sin duda un auténtico día de playa.

S. Coquillat
Foto: Curro Viera/
Joana Pérez