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Ir a la playa con tus amigos, bañarse en la piscina o hacer un poco de natación, son las actividades más populares del verano. Cuando se acerca esta época, la mayoría de la gente empieza a planear sus vacaciones enfocadas en este entorno; y es que no hay nada mejor que darse un buen baño en un caluroso día. Pero una jornada en la playa o en la piscina, requiere la presencia de alguien que controle e inspire seguridad a los veraneantes. Por eso, los socorristas son imprescindibles para que cada día de verano los bañistas puedan disfrutar de esos chapuzones sin arriesgar sus vidas. Donde más se necesita la intervención de un vigilante es en las playas, las piscinas municipales y las piscinas de hotel. La aglomeración de gente en cualquiera de estos tres lugares hace que este sea un trabajo duro, pero entretenido.

Nacho Bartellore, Cristóbal Porra y Lorena Palmerí, socorristas de la piscina municipal de Son Hugo, afirman que tienen que estar muy atentos porque puede ser peligroso. El caso de las piscinas de hotel es diferente. Sergio Cotes y Andrés Bernasal vigilan las piscinas del hotel Santa Ana y sa Cala, en Cala Major; y consideran que su trabajo es más tranquilo, ya que en el tiempo que llevan trabajando hasta ahora no han tenido que intervenir en muchas ocasiones. La playa es el destino favorito de casi todo el mundo. Sergio Maximiliano y Mar Jiménez son socorristas de Cala Major, donde hay tres vigilantes que se van rotando, incluyendo uno para los minúsvalidos. Y es que en la playa la seguridad es imprescindible.