Todo Sóller salió a la calle para celebrar el
tradicionacorrefoc. Tras provocar una y otra vez a los demonios,
estos salieron después de una espectacular puesta en escena. Y es
que, antes de las chispas, el humo y las carreras, Esclataputzes
preparó un estudiado guión que relataba la captura y posterior
juicio, ante el pueblo, de un hereje. Llevado en carreta por
esclavos y escoltado por monjes, el acusado fue condenado a morir
en el potro de tortura, donde, ante el fervor del pueblo, le
cortaron el pene y le sacaron los higadillos.
La plaza Constitución de Sóller reunió a más de 3.000 personas,
que vibraron con el espectáculo de dicha sociedad cultural,
Esclataputzes, que celebraba por noveno año consecutivo esta fiesta
con más de 50 personas en escena. La escenificación la coordinó
Martí Guasp, la parte musical Juanjo Frau y la pirotécnica
Francisco Guasp. Ecorrefoc de Sóller cuenta con la peculiaridad,
además del espectáculo, de que los demonios no llevan ropa, bueno,
tan sólo un «taparrabos».
Dos horas de diversión y animación que hicieron que los más
jóvenes bailaran y corretearan bajo la lluvia de chispas y fuego.
Los más atrevidos participaron y otros disfrutaron de la fiesta
desde la distancia donde los colores, el ruido y el humo eran los
ingredientes básicos para tan inolvidable noche de verano. Pero la
fiesta no terminó con las últimas llamas, el fuego dio paso al
agua, y en la plaza más cercana, la del Mercat, un camión cisterna
de Bombers sense Fronteres esperaba para mojar a quienes aún
querían más fiesta. Fue, sin duda, una noche larga, divertida,
llena de buen humor e inesperados protagonistas y una tradición que
el próximo año quiere superarse.
Julián Aguirre
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