La regidora de EU-EV en el Ajuntament Marisol Fernández y el
diputado de EU-EV en el Parlament Miquel Rosselló denunciaron ayer
«la falta de seguridad que padecen los usuarios del tren, fruto de
la precariedad de la estación provisional ubicada en la calle
Jacint Verdaguer», dijo Fernández. Dicha estación abrió sus puertas
el 17 de agosto, y ya entonces recibió las primeras críticas por
parte de los usuarios.
La edil rojiverde dijo que «la pequeña dimensión de la estación
y los pasos provisionales habilitados para los próximos dos años
constituyen un peligro permanente para los usuarios del tren».
Fernández añadió que las condiciones de la estación y de los
accesos «están más cerca de una solución propia de países
subdesarrollados». Rosselló, por su parte, recordó que el Govern
había previsto invertir en un principio 1,2 millones de euros en la
construcción de una estación provisional en Son Fuster.
«Es evidente que el Govern no se ha gastado este dinero en la
construcción de la estación de Jacint Verdaguer, por lo que nuestro
grupo preguntará qué ha ocurrido con estos 1,2 millones de euros»,
dijo, y añadió que EU-EV presentará propuestas en el Ajuntament y
en el Parlament «para instar a la solución de estas
deficiencias».Por otra parte, el portavoz del PSM en Cort, Pere
Muñoz, pidió ayer al equipo de gobierno del Ajuntament, que preside
la popular Catalina Cirer, que indemnice a los afectados por las
obras de Jacint Verdaguer y que cree una oficina de denuncias y
atención específica para dichos ciudadanos.
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