TW
0

Se acaba de jubilar, a la fuerza, pues emestre de taller de fotografia, Andreu Negre, confiesa que «un fotógrafo nunca se jubila». Ha cumplido 70 años, y desde los dieciséis sintió algo especial por los molinos, lo que le llevó a ir guardando en una carpeta fotografías de molinos que encontraba cuando viajaba, pero es de Mallorca de donde guarda la más amplia y variada colección de imágenes. Andreu Negre inaugura mañana una exposición que acoge 45 fotografías de molinos. Unos totalmente reformados, otros impecables, otros convertidos en ruinas, en diversos momentos del día e incluso de la noche. Lo cierto es que Negre se muestra satisfecho con un trabajo del cual confiesa que «la técnica que utilizo es una perfecta fusión entre lo tradicional o antiguo método de fotografía con la tecnología actual de la era digital». Su vida profesional comenzó cuando tenía 12 años, pero fue a los 16 cuando viajó a París para aprender.

Por otro lado, Andreu Negre ha sido durante 32 años uno de los profesores más destacados, no sólo por su gran experiencia y conocimiento, sino también por la forma tan divertida y amena de enseñar a sus alumnos. En esta ocasión, el trabajo de Negre ha sido motivo inevitable para que la Asociación de Amigos de los Molinos de Mallorca pidiera amestre tan magnífica exposición titulada «Cara al vent» que acogerá el Casal Balaguer, hasta el próximo día 9 de diciembre.

Por su parte, el presidente de honor de dicha asociación, Bernardo Rabassa, mostró su satisfacción «por una exposición que refleja el trabajo y la defensa cultural que representa el mundo de los molinos en Mallorca, además no se puede obviar el molino como complemento de nuestro paisaje que da la bienvenida a los visitantes». En definitiva, una exposición para ver con atención.

Julián Aguirre