Espectacular imagen de Guillem Donado atado a su instructor en pleno salto.

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Se llama Guillem Donado Alomar, tiene seis años, estudia en el Sagrat Cor de Sóller y no hace mucho se lanzó en paracaídas desde una altura de 12.500 pies, equivalentes a unos 4.500 metros, con caída libre de 2.000 metros, que en tiempo es un minuto. 60 segundos cayendo verticalmente, como una piedra, hasta que se abrió el paracaidas. ¿Se atrevería usted? Él tampoco lo había hecho ninguna vez. Ni siquiera estaba entrenado para ello.

Según nos contó su padre, el comandante Donado, destinado en el JIAE y paracaidista privado, el salto se produjo del siguiente modo: «Regresando con él de disfrutar unos días de Disneyland-París, nos desviamos al Centro de Paracaidistas de Ampuria-Brava (Figueres), donde yo tenía que efectuar unos saltos, pues periódicamente debo hacerlo. Tras haber efectuado un salto, que él presenció, y a punto de subir de nuevo a la avioneta Pilatus, Guillem se acercó y me dijo que si podía saltar. Pensando que los monitores dirían que no, se lo pregunté, pero dijeron que sí. Guillem, a quien pusieron un arnés de salto en tándem, como si lo hubiera hecho toda la vida, se subió al avión. Al rato estábamos volando. Yo le observaba y le vi que iba muy tranquilo. Cuando llegó el momento, formó tándem con uno de los profesores y...».

Saltaron los dos, en caída libre, descendiendo durante un minuto a doscientos kilómetros por hora. El padre, entre preocupado y sorprendido, observaba... Al segundo sesenta de descenso libre, el paracaídas se abrió y los dos bajaron lentamente, y el niño tan feliz. Con seis años, y sin haber saltado nunca, no son muchos los que se atreven a hacerlo. En realidad, yo diría que ninguno, lo cual, sin duda, le convierte en el niño más valiente de Mallorca.

Pedro Prieto