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El doctor y micólogo mallorquín Carles Constantino Mas despejó muchas dudas y falsas creencias sobre el misterioso mundo de las setas alucinógenas en el transcurso de la conferencia que ayer pronunció ante un Teatre Municipal lleno a rebosar, invitado por el Club Ultima Hora. Ante un público que le siguió con gran atención, el especialista «solleric» trazó un perfil histórico de las setas u hongos. Hizo hincapié en las distintas culturas que las emplearon, muchas veces, sin saber exactamente por qué ese grupo de cien especies de hongos que existen en el planeta, que contienen psilocibina o psilocina, alcaloides psicoactivos, producían esos fenónemos tan característicos de euforia, risa, en definitiva, de alteración de las sensaciones y de los procesos mentales. Muchas setas son comestibles, pero las hay también venenosas, como recordó el doctor Constantino. En los años sesenta, dijo, «fueron fundamentales en la cultura hippie» y la intensidad de los efectos que producen en los humanos «depende fundamentalmente de la dosis que se tome».

Precisó que el rastro de setas u hongos alucinógenos estuvo presente «en grandes artistas y escritores», como Gaudí, H.G. Wells, Lewis Carroll, Robert Graves, Walt Disney, y subrayó que su intención «no es hacer apología de ninguna droga». «H.G. Wells, autor de la Isla del doctor Moreau, La isla invisible, La guerra de los mundos, y que tenía una gran imaginación, mostró un mundo en el que las personas y animales que consumían setas crecían, con lo cual, el mundo se dividía en gigantes y pequeños. Este hombre ya le daba una cierta importancia a los hongos», explicó. El doctor Constantino tambien citó al autor mexicano Gastón Guzmán, al que definió como un gran micólogo, que se centró en la Amanita muscaria, uno de los hongos más conocidos, «tanto, que incluso es común verla ilustrado en cuentos de hadas debido a que llama mucho la atención por el color rojo de su sombrero», indicó.

«Tiene fama (la Amanita muscaria) de ser muy venenosa, pero su toxicidad no es grave ya que la ingerirlo provoca únicamente diarreas y vómitos, trastornos nerviosos y alucinaciones», precisó. El conferenciante, licenciado en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona (su especialidad es el aparato digestivo), dijo que los aztecas llamaban a los hongos «carne de Dios», y que al consumirlos «se sumían en estados de euforia o de depresión que fueron descritos por fray Bernardino de Sahagún en 1656». «A traves del consumo de setas alucinógenas los chamanes de Siberia iluminaban el camino hasta el territorio donde habitan los espíritus. En 1955, fueron ingeridos por primera vez por un hombre blanco, Richard Gordon Wasson, el padre de la etnomicología. En 1957, Robert Graves, vecino de Sóller, pronunció una conferencia en Londres en la que hizo constantes alusiones a los hongos 'rojos con puntos blancos', la Amanita muscaria», señaló.