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F.B.
Los habitantes de Mallorca se inscriben en la estadística del sorteo extraordinario de Navidad de 2005 como los que menos juegan «per capita» en el conjunto del Estado: 41 euros. «Pero tratándose del azar -dice Joana, una jugadora de todos los sorteos del año desde hace tres décadas- las cosas no son como empiezan sino como terminan, y la suerte de la 'grossa' desnuda casi siempre a los que más palillos tocaron». Y así fue en 1995 cuando el Gordo hizo historia entre muchos de los palmesanos más humildes, que llevaban el 45.495 del que manaron 35.000 millones de pesetas «para saldar deudas», según confesiones de entonces.

La operación de dividir el importe de los billetes consignados por el Organismo Nacional de Loterías y la población censada, empero, no refleja realidad muy precisa en la era de la informática. Hace ahora un año, cuando los clientes del bar del polideportivo de Muro se repartían 5,4 millones de euros del Gordo, los billetes habían sido adquiridos por internet a la administración leridana «La Bruixa d'Or». «Nada de números altos y musculosos o feos y bajitos -explica Toni, jugador e internauta-, pues hace años que el ordenador me busca las cifras que se me ocurren, me dice dónde se venden y cómo adquirirlos. Vivo en Palma pero desde mi portátil compro en todo el país y cambio 'cromo' con mis amigos, que hacen lo mismo».

Eso no significa que las administraciones loteras balears vean notablemente mermado el despacho de papel -ofertaron éste año 196.000 billetes valorados en 39 millones de euros, la mayor parte en Mallorca-, pues la mayoría de los jugadores siguen prefiriendo «ver y escoger». Los expendedores coinciden en señalar -hasta hoy unas cifras muy similares a las de 2004. 15.000 euros por euro jugado en el primer premio de mañana abren la esperanza de todos. Ya se concretó de pleno en Palma en 1843, 1872, 1876, 1902 y 1995; en Santa Maria del Camì en 1986; en Capdepera en 2003, y muchas otras veces en «pellizcos» por toda la Illa. Para tapar agujeros, ya se sabe.