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El Parlament aprobó ayer, con los votos del PP y Unió Mallorquina, los presupuestos del Govern del próximo año en un pleno que acabó en una trifulca mientras se discutían las cuentas de la Conselleria d'Immigració. La polémica comenzó cuando la consellera d'Immigració, Encarnación Pastor, reprochó a la oposición de acudir sólo a las casas regionales «cuando no les quedaba más remedio». El portavoz de Esquerra Unida-Els Verds, Miquel Rosselló, subió a la tribuna y, visiblemente molesto, reprochó las palabra de Pastor. «A mí no me puede decir que no me interesa la inmigración cuando no le puede demostrar». Un diputado del PP hizo un comentario a Rosselló, quien respondió: «coño, es verdad, se tiene que demostrar lo que se dice». Tras la intervención de Rosselló, la diputada del PP Carmen Feliu subió a la tribuna y pidió que el parlamentario de Esquerra Unida retirase la palabra «coño» al considerarla sexista. La tensión subió de tono hasta que el presidente del Parlament, Pere Rotger, tuvo que intervenir y pedir silencio a los diputados. Desde los bancos del PP, un diputado hizo un comentario que indignó a los socialistas. Los diputados del PSOE escucharon un «calla gorda» dirigido, supuestamente, a la parlamentaria Carme García de Querol. Los líderes del PSOE comenzaron a hacer consultas para aclarar lo ocurrido y, en un momento del debate, la diputada Aina Radó, que había participado en el debate sobre inmigración, pidió una rectificación por parte del diputado del PP que había utilizado la expresión «calla gorda». El presidente del Consell Insular d'Eivissa-Formentera, Pere Palau, solicitó la palabra al presidente del Parlament y argumentó que había utilizado la frase «calla sorda», pero negó que usase otra expresión. «Les puedo asegurar que no ha sido mi intención ofender a nadie», precisó Palau. Francina Armengol, portavoz socialista, quiso intervenir en la trifulca para asegurar que todos los diputados habían escuchado la frase «calla gorda» y exigió una rectificación por parte del diputado del PP que la había pronunciado. «Esto es un insulto y no estamos dispuestos a aceptarlo», dijo. Armengol amenazó con abandonar el pleno del Parlament en el momento de la votación de los presupuestos del Govern del próximo año. Además, los socialistas habían advertido que tampoco acudirían a la cena organizada anoche por el Parlament. Para zanjar la polémica, Joan Huguet, portavoz del grupo popular, quiso intervenir en el debate para poner paz. «Pido disculpas por cualquier frase o expresión que se haya podido pronunciar desde los bancos del PP. Estas situaciones no me gustan nada y llevo más de 20 años en el Parlament», destacó Huguet, cuya intervención fue aplaudida por todos los diputados que se encontraban en el Parlament.

Tras dos días de debate, la mayoría aprobó muy pocas enmiendas de la oposición -menos de diez- presentadas a unos presupuestos que superan los 2.700 millones de euros.