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Hubo sorpresa en la reunión del consejo de administración de Sa Nostra que debía materializar la reelección de Llorenç Huguet como presidente de la Caja de Ahorros de Balears. Lejos de producirse el nombramiento, el encuentro acabó con la retirada de las tres candidaturas a la presidencia por recomendación del Govern balear, que ha querido poner fin con una actuación tajante al ambiente de crispación y de enfrentamiento que vivía la entidad en los últimos días.

Con esta decisión, la carrera de Huguet al frente de Sa Nostra ha terminado, después de una gestión de tres años en la que ha habido algunos asuntos controvertidos a juicio del sindicato Unió Obrera Balear, dominante en la plantilla de la caja de ahorros.

Nada hacía presagiar, hace unas semanas, que la etapa Huguet tenía una fecha de caducidad tan próxima. Ni tampoco se evaluó correctamente el importante papel que ha jugado en esta crisis el comité intercentros de la entidad. Huguet se equivocó al minusvalorar la fuerza de la representación laboral. Una caja de ahorros no puede permitirse un escenario de enfrentamiento entre la presidencia de la entidad y la representación de la plantilla. Pero hasta minutos antes de iniciarse el consejo de administración, el ex rector pensaba que tenía el respaldo suficiente. En el último momento, el Govern, visto el clima enrarecido que se había creado y haciendo uso del poder de tutela que ejerce sobre la Caixa de Balears, intervino con una solución drástica: pedir y conseguir la retirada de Huguet y de los otros dos candidatos, el representante de los impositores y la representante de los trabajadores.

Ahora hay que buscar, dentro del propio consejo, un candidato de consenso que ponga fin a la crisis. ¿Cuál puede ser ese candidato? No se puede ocultar que el comité intercentros ha ejercido prácticamente un derecho de veto. De ahí cabe deducir que cualquier candidato que no cuente con el apoyo o, al menos, la abstención del consejero elegido por el personal no tiene ninguna posibilidad de éxito.