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La festividad de sant Antoni de Viana nos trae a la mesa, sobre todo en sa Pobla y Muro, una de las especialidades gastronómicas santantonieres más celebradas: las espinagades, en sus versiones de col con lomo y de anguilas. En Palma también tienen gran demanda en el horno Reina María Cristina, donde las elaboran de forma artesanal los poblers Francisco Caimari y Margalida Serra (de can Rotget) y Juana Moyà.

La propietaria del horno, Margalida Serra, señaló que «la tradición de consumir espinagades en Palma más que mantenerse va a más. Nosotros las elaboramos durante todo el año por encargo, y los fines de semana solemos hacer unas pocas que se venden en seguida. Desde hace una semana ya se venden en este establecimiento y será el lunes y el martes -día de revetla y fiesta patronal- cuando serán más solicitadas. La pieza de col y lomo cuesta 18,50 euros y la de anguila es un poco más cara, 25 euros. «En ambas versiones resulta muy importante el aliño -aseguró Margalida Serra-, hay que calcular bien el picante, si no no tienen gracia y sobre todo, generosos con las pasas».

Una versión casera de la pasta de espinagada se hace con un kilo de harina floja, un poco de levadura de pan, una taza de aceite de oliva y una vaso de agua. Se puede rellenar de anguila, espinacas, acelgas, guisantes, cebolla tierna y pimentón dulce o picante. El otro relleno posible es a base de col blanca, lomo, grells, ajo, pimentón, pimienta negra, sal y aceite. El horno Reina María Cristina se convertirá en los próximos días, por su gastronomía poblera, en una auténtica embajada de sa Pobla en Palma.

Amalia Estabén