Mil ensaimadas, dos «containers» con obsequios y ganas infinitas de
ser útiles a un pueblo que todavía sufre los efectos de una guerra
cruel forman parte del bagaje que lleva el contingente de soldados
de Balears en su viaje a Bosnia-Herzegovina para liderar una misión
de paz. El segundo grupo, integrado por 70 militares, viajó ayer a
Mostar, vía Dubrovnik, en un vuelo de Air Europa y, como ya ocurrió
la semana pasada con el desplazamiento del primer contingente, se
repitió el emocionado adiós de los familiares en la base aérea de
Son Sant Joan.
Padres, novias, novios, hermanos, quisieron despedirse de sus
seres queridos, a los que no verán hasta dentro de cuatro meses.
Los soldados repartirán decenas de regalos, entre ellos, las
cotizadas ensaimadas, hechas a fuego lento en el Horno Can Miquel
por gentileza de la Denominación de Origen de la Ensaimada
Mallorquina. En los «containers», asimismo, la expedición ha
incluido obsequios del Govern Balear, el Consell de Mallorca, el
Ajuntament de Palma, Banca March, Axa Seguros, Bomberos sin
Fronteras, La Fundación de la Pequeña y Mediana Empresa, la
Fundación del Real Mallorca, la Federación de Actividades
Subacuáticas, entre otras.
Destacó la pareja de novios formado por los soldados Viña y
Marrero, quienes dijeron que este viaje les unirá más, y también la
teniente Chisbert, la mujer con más graduación de la expedición
balear, quien expresó su convencimiento de que todo «saldrá bien».
«Nos hemos preparado a conciencia y nuestros familiares deben estar
tranquilos», declaró.
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