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La avenida Jaume III retumbó ayer noche a las ocho en punto cuando un golpe de tambor anunció el inicio del Correfoc 2006. En ese momento, decenas de dimonis se aprestaron a dos horas de chispas, fuego, humo y pólvora al son de tambores y batucades. La comitiva desfiló por toda la calle hasta llegar a la plaza Joan Carles I, no sin antes haber dejado un rastro intenso de humo y mucho ruido. El público llenó las arcadas a ambos lados de la avenida y los que iban protegidos contra la lluvia de chispas no dudaron en lanzarse a bailar junto a los dimonis.

La temperatura acompañó esta noche de fuego y muchos padres se aventuraron a que los más pequeños, bien abrigados, pudieran disfrutar del espectacular paseo.

Las más variadas bestias maléficas, incluido un impresionante demonio de casi tres metros, fueron desfilando por la calle junto a su corte de diablos. La música fue marcando el paso de las nueve colles de dimonis que actuaron ayer noche, un número elevado de participación y muy animado. Sin embargo, el rey de la música fue la Batucada Terrarotja, del Ajuntament de Campos, que con aires afroamericanos cerraba un desfile que marcó el adiós de este año al programa de fiestas de Sant Sebastià 2006.