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La Comissió del Centre Històric aprobó ayer, a instancias del equipo de gobierno del Ajuntament de Palma, recomendar la reconstrucción de es pont des tren en su ubicación originaria, en la calle Gabriel Maura, y con las mismas medidas que tenía antes de su desmontaje parcial y posterior demolición, los días 5 y 6 de noviembre del pasado año. Se trata, sin duda, de una buena noticia, en especial para los miles de ciudadanos que, a través de diversas entidades, habían mostrado su oposición a que el puente fuera reconstruido en una nueva ubicación y con unas nuevas dimensiones. En este sentido, hay que valorar positivamente que la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, haya decidido cambiar la intención primera del Consistorio palmesano, y que el portavoz del equipo de gobierno, Javier Rodrigo de Santos, haya reconocido que la retirada del puente, ejecutada por una empresa contratada por el Govern, no se hizo de la forma más adecuada. En este caso concreto, parece necesaria, efectivamente, cierta autocrítica, sobre todo si se tiene en cuenta el rechazo que causó en una parte muy significativa de la ciudadanía y en toda la oposición municipal la demolición del puente. También sería interesante saber si su retirada era absolutamente imprescindible, tal y como se señaló en su momento, o si se podría haber evitado. En cualquier caso, el puente será reconstruido en el sentido que deseaban los residentes de la zona, aunque ya no tenga la función que poseía antes, pues en un futuro será peatonal y los vehículos pasarán, como en estos momentos, al lado del puente, en la misma calle Gabriel Maura. A falta de concretar el proyecto definitivo de reconstrucción que deberá presentarse ahora, Cort ha sabido escuchar en este caso el sentir de la ciudadanía.