J. L. Ruiz Collado15/02/06 0:00
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La entrada del sector civil en el consorcio que gestiona la remodelación y renovación integral de la Platja de Palma, al ceder la gerencia al vicepresidente de la Asociación de Hoteleros de la Platja de Palma, José Antonio Fernández Alarcón, va a suponer un cambio estratégico en la ejecución del plan, puesto que se quiere realizar una gestión con criterios empresariales, lo que conllevará la posibilidad de que no se convoquen concursos públicos, «para así acelerar al máximo todo el proceso de obras», explicaban ayer Fernández Alarcón y el presidente de la Asociación Hotelera de esta zona, Francisco Marí. El nombramiento de Fernández Alarcón como gerente, aprobado por el Gobierno central, Govern, CIM, Ajuntament de Palma y Ajuntament de Llucmajor (los cinco organismos crearon el consorcio a finales de 2004 en Palma), va a suponer la colaboración directa de la iniciativa privada, «que va a coliderar todo el proceso de planificación de obras y ejecución de las mismas».

El nuevo gerente-coordinador explicó que a lo largo de los próximos cuatro meses, se va a realizar un diagnóstico claro y de amplio espectro de toda la zona por parte de todos los sectores implicados en la zona (hoteleros, restuaración, salas de fiesta, agencias de viajes, clubs náuticos, sindicatos y residentes) y fuera de la zona (CAEB, Federación Hotelera, Col.legi de Arquitectes y asociaciones de promotores y constructores). «Hay cierta urgencia por tener ultimado el diagnóstico y todos los sectores están sensibilizados de ello. El equipo técnico de trabajo se va a reunir de forma semanal, va a convertir ideas en acciones concretas y proyectar el futuro de la zona. Este trabajo estará estrechamente interrelacionado con los equipos técnicos de los ayuntamientos de Palma y Llucmajor para encauzar los temas urbanísticos».

A principios de julio estará todo perfilado y las conclusiones finales estarán completadas entre septiembre y octubre, que será cuando la junta directiva del consorcio determine las acciones y la cuantificación de las inversiones a realizar. Se pretende un diagnóstico tan concreto que justifica la idea de que no haga falta convocar concursos internacionales.