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El president del Govern, Jaume Matas, pidió ayer en Bruselas, en la Asociación de las Islas del Comité de las Regiones, que se reconozcan las barreras marítimas como una frontera geográfica con el fin de «eliminar toda discriminacion en relación a los criterios de elegibilidad». «Solicitamos, en consecuencia, que en el ámbito marítimo desaparezca todo tipo de decisión ligado a la distancia para definir una región como transfronteriza y que, en el caso de las regiones costeras, tal condición sea aplicada a nivel de cuenca marítima», reclamó Matas. Para el presidente del Govern, «la problemática generada por la insularidad conlleva unas desventajas que deben ser corregidas». «Afectan -lamentó Matas- al transporte, las comunicaciones, las condiciones de abastecimiento de materias primas y de productos de primera necesidad. Son circunstancias que provocan un considerable incremento del coste de las actividades productivas, así como efectos negativos sobre el consumo».

Matas considera imprescindible que se sumen esfuerzos para encontrar ámbitos de trabajo comunes que puedan hacer más eficaz la lucha por el reconocimiento de las desventajas estructurales que implica la insularidad. «Tenemos que conseguir un acuerdo para definir una declaración dirigida a las instituciones europeas reivindicando, una vez más, que la insularidad insular sea tenida en cuenta en las futuras iniciativas políticas de la Unión», planteó el president del Govern durante su discurso.

Matas recordó que la Comisión Europea, en sus propuestas para los reglamentos de los Fondos Estructurales, incluyó por primera vez el concepto de frontera marítima, que abrió la puerta a que las regiones costeras pudieran beneficiarse de la financiación europea destinada a la cooperación transfronteriza. «Desgraciadamente, se introdujo también el ya conocido criterio de elegibilidad de los 150 kilómetros», lamentó el jefe del Ejecutivo balear. Por otro lado, Jaume Matas ocupará el cargo de vicepresidente del Comité de las Regiones de la Unión Europea a partir de enero de 2007. La propuesta ha sido del Partido Popular Europeo.