Lino Salas, portavoz de Projecte Home en Balears, sostuvo que el
botellón es la forma que tienen los jóvenes de llamar la atención
ante un problema que «no está exclusivamente relacionado con el
alcohol», sino que más bien alerta de la «incapacidad de la
sociedad, de los padres y educadores, de trasladar a los jóvenes
que hay otras formas de divertirse sin necesidad de abusar de la
bebida».
Según Lino Salas, el 90 por ciento de los menores con problemas
de adicciones que se dirigen a Projecte Home en Balears comenzaron
bebiendo de forma compulsiva. En estos momentos, la Fundación
atiende a un total de 50 menores adictos al cannabis. Todos
empezaron abusando del alcohol.
En este sentido, Lino Salas subrayó que son «cosas muy
diferentes» el consumo que pueden realizar los menores en una
fiesta o en un bar, que el que hacen en la calle, donde el «único
motivo de la reunión es el alcohol». «Beber por beber es peligroso
y debería alertarnos a todos sobre las consecuencias que puede
provocar a la larga en la salud de nuestros jóvenes», destacó el
portavoz.
Asimismo, subrayó que los padres y la sociedad en general tiene
el reto de reeducar a estos jóvenes para que sean conscientes de
que la ingesta de bebidas alcohólicas es perjudicial para su
salud.
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