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El Impuesto de Sucesiones no podrá suprimirse totalmente pero se quedará en un tipo testimonial del 1 por ciento. Esta es la propuesta que se incluye en el proyecto de ley del Impuesto de Sucesiones que está elaborando el Govern y que entrará en el Parlament en abril. Además, esta misma ley rebaja del 40,8 al 7 por ciento la tributación máxima para donaciones en el caso de padres a hijos. Las dos medidas se aplicarán a partir de enero de 2007. El conseller d'Economia, Lluís Ramis de Ayreflor, explicó que el Impuesto de Sucesiones no puede eliminarse totalmente ya que se trata de un tributo estatal. «Es un impuesto injusto y algunas familias tienen que vender propiedades para pagarlo», declaró el titular de Economia.

Ramis de Ayreflor explicó que, en el caso de las herencias de padres a hijos y al cónyuge, el Impuesto de Sucesiones se queda en un tipo máximo del 1 por ciento. Este impuesto ya llegado a tributar hasta un tipo del 40,8 por ciento sobre el valor de los bienes heredados. El titular de Economia no ha descartado, incluso, que durante la tramitación se pueda conseguir rebajar aún más el tipo impositivo. A modo de ejemplo, Ramis de Ayreflor explicó que, en el caso de una herencia valorada en 480.000 euros, el cónyuge del fallecido y su hijo pagarían sólo 2.400 euros cada uno en concepto de Impuesto de Sucesiones. En la actualidad, estos mismos herederos abonarían a la Comunitat 34.828 euros cada uno. Es decir, la modificación del Impuesto de Sucesiones representaría una rebaja del 93,1 por ciento.

En el mismo supuesto pero para una donación, la reducción del impuesto también es notable. Si un padre da a su esposa y a su único hijo todos sus bienes en vida, y el valor de la donación asciende a 480.000 euros, con el sistema actual cada uno de ellos abonaría 40.167 euros. Con el cambio que impulsa la Conselleria d'Economia aplicando un tipo máximo del 7 por ciento, la esposa abonaría 16.800 euros y el hijo, 9.618 euros, es decir, un ahorro del 58 y 76 por ciento, respectivamente. Entre otras novedades, la nueva normativa contempla que los matrimonios y las parejas de hecho tengan los mismos derechos. El objetivo de la reforma, según argumentó Ramis de Ayreflor, es apoyar a la familia y respaldar a las rentas medias y bajas. Según Ramis de Ayreflor, la estructura actual del impuesto supone desincentiva el ahorro ya que, en muchas ocasiones, deben venderse bienes para pagar el impuesto. Esta situación distorsiona los precios de mercado y perjudica la estructura del ahorro, según las tesis que defiende Ramis de Ayreflor.