Los distintos órganos jurisdiccionales de Balears tramitaron el
pasado un total de 257.937 causas, de las cuales, dejaron
pendientes 56.939, el 20% del total. A pesar del aumento de los
asuntos ingresados, 6.037 más que en 2004, los jueces, en todo
caso, absorbieron las 4/5 partes del total. Los asuntos pendientes
no están dormidos ni paralizados, sino en curso, según la Memoria
Judicial de 2005 que ayer presentó en el Parlament, por primera vez
en la historia judicial de las islas, el presidente del Tribunal
Superior de Justicia de Balears (TSJB), Antoni Terrasa. Un año más,
la radiografía de la Administración de Justicia en Balears dejó al
descubierto graves deficiencias de todo orden, tanto humanos como
técnicos y de infraestructuras.
Es el denominado «déficit histórico», agravado, según la Memoria
por «el aumento del 22% de la población censada en el archipiélago,
la elevada litigiosidad, producto del flujo de población flotante
inherente al sector turístico, el fenómeno de la inmigración y la
multinsularidad». Pese a todo, el número (185) y porcentaje (5 del
total) de quejas presentadas por los usuarios en Balears «ha sido
el menor de todas las comunidades autónomas», explicó Terrasa en su
comparecencia. El lapso de tardanza de los asuntos varía según la
jurisdicción. Y así, los juzgados de lo Social tardan una media de
cuatro meses, los de Penal (2), Civil (9) y lo contencioso
administrativo (un año y cuatro meses).
Terrasa, que resumió la Memoria 2005 ante el presidente del
Parlament, Pere Rotger, y los portavoces de los grupos políticos,
afirmó que a esas numerosas carencias de la Justicia en las Islas
se han unir la falta de intérpretes y peritos. «He solicitado un
resumen de la actividad de esos profesionales, y en un año no he
tenido respuesta en un tema que genera muchas quejas entre los
jueces», indicó el presidente del TSJB.
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