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Tres alcaldes procesados por escándalos de corrupción, un patrimonio no justificado de cientos de millones de euros, animales exóticos, helicópteros, viviendas de lujo, la disolución de un ayuntamiento por parte del Consejo de Ministros y el nombramiento de una gestora. Es el resumen telegráfico de lo que ha sucedido recientemente en Marbella, un caso excepcional de corrupción política difícilmente comparable a lo que sucede en Mallorca o en Balears si se tienen en cuenta la mayoría de opiniones que ha recabado este periódico. El urbanismo se ha convertido en el gran negocio de comienzos de siglo, especialmente en las zonas costeras de España y en los municipios que rodean a las grandes ciudades del interior. Es tal la cantidad de dinero que se mueve, el volumen de negocio es tan importante que la mayor parte de los casos o de las sospechas de corrupción están íntimamente ligadas a las grúas.

En Balears, con ciertas distancias, se han vivido situaciones que presentan ciertas similitudes con Marbella pero con notables diferencias. El Túnel de Sóller se llevó por delante a Gabriel Cañellas, con la salvedad de que en aquella ocasión no hubo enriquecimiento personal sino financiación para el PP. La negociación de la Ley de Espacios Naturales provocó una denuncia del diputado Carles Ricci en contra de todos los grupos parlamentarios, a quienes acusó de cambalache para introducir modificaciones interesadas en la planimetría. Las denuncias se desechó por inverosímil.

La compra de la sede de la Conselleria d'Agricultura provocó ríos de tinta, pero la denuncia concluyó sin consecuencias para los políticos. Las sucesivas moratorias, la aprobación de las Directrices de Ordenación del Territori, el Plan Territorial de Mallorca... Cada ocasión en que las instituciones planeaban una reordenación del planeamiento urbanístico la polémica por los posibles beneficios de determinados empresarios ha planeado en el debate político. Ses Salines o Calvià. Municipios con grandes intereses en construcción, casos de transfuguismo vinculados con toda claridad a asuntos urbanísticos, como lo que se vivió el año pasado en Calvià con la fuga del concejal de UM Joan Thomàs para apoyar la recepción municipal de una de las urbanizaciones de Nigorra. En Sineu, la recaudadora ha acabado ante el juez por un desfalco millonario en las cuentas municipales... Si a lo largo de los años las denuncias y sospechas se han sucedido, la verdad es que, desde un punto de vista estrictamente judicial, pocos son los casos que han acabado en sentencia condenatoria. Por eso la mayoría de los ciudadanos y políticos consultados consideran exagerado comparar a Mallorca con el municipio de Marbella.