De edades comprendidas entre los dieciocho y los veinticinco
años, los jóvenes llegaban cargados de provisiones. Bolsas de
plástico y senalles de llata para transportar botellas de alta
graduación y otras de refresco para mezclar con el hielo en una
plaza tomada por las fuerzas de seguridad a distancia. Un gran
despliege policial y sanitario esperaba a la muchedumbre en las
cercanías de Can Pere Ignasi, a parte de los cubos de basura
instalados en la plaza por el Ajuntament para evitar la suciedad en
las calles. Campos estuvo tomado por la Policía Local, la Guardia
Civil, Protección Civil y dispositivos sanitarios. No sólo el
centro estaba controlado sinó que en todos los accesos al pueblo,
la Guardia Civil realizaba controles de alcoholemia ya sobre la
medianoche.
Aunque la participación fue mucho menor a la esperaban las
autoridades, los congregados en la plaza se mostraron en todo
momento respetuosos con el mobiliario urbano. El hecho de que la
Policía Local hubiese prohibido la entrada y acceso de vehículos
por el centro histórico de Campos evitó las discotecas móviles que
acompañan a los botellones. A los vecinos, tanto de la plaza como
de sus alrededores, sólo se les pudo privar del sueño a causa del
murmullo de los jóvenes.
Agrupados en diferentes bancos de la plaza de Can Pere Ignasi
los jóvenes iban consumiendo y divirtiéndose entre amigos o en
grupos llegados de Bunyola, Porreres u otros municipios de las
comarcas del Migjorn, Pla y Llevant. Así como pasaban las horas la
euforia se apoderaba de la muchedumbre. La falta de motivación
musical provocó un ir y venir de jóvenes hacia los bares de marcha,
que se encuentran no muy lejos de la plaza de Can Pere Ignasi. El
hecho de la proximidad de los bares de copas con la convocatoria
debotellón también provocó que la plaza de Can Pere Ignasi también
recibiera las visitas de los jóvenes que llenaban los bares de
marcha. Algunos de ellos, se quedó a tomar unas copas con sus
compañeros en la misma plaza.
La concentración duró hasta altas horas de la madrugada y
fuentes de la Policía Local aseguraron ayer que el comportamiento
de los jóvenes había sido del todo ejemplar y que durante toda la
noche no hubo que lamentar ni disturbios, ni incidentes, ni
destrozos. Sobre las seis de la mañana, miembros de la Brigada
Municipal realizaban labores de limpieza en la plaza de Can Pere
Ignasi para devolverla a la normalidad.
Ayer, todo el mundo coincidía con el civismo y la
responsabilidad ofrecida por los más de 800 jóvenes que practicaron
ebotellón en Campos , en el que se llamó el macrobotellón de la
Part Forana. Algunos, ya de retirada, ya pedían información para la
convocatoria de la próxima cita.
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