La salida se prolongó en un rugido atronador por espacio de 20 minutos. Foto: GABRIEL ALOMAR/NEUS JUANEDA

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Mallorca vibró ayer al rugido de las cerca de 5.000 motos que participaron en la 30 Volta Internacional a Mallorca con participantes llegados de toda la Isla, la Península y el extranjero. A las 10.00 de la mañana se concentró el pelotón en las Avingudes, frente a El Corte Inglés, patrocinador del encuentro, junto al Govern Balear, el Ajuntament de Palma y Ports de Balears, 1/2 Milla Sport Club, la Federació Balear de Motocicletas, Defensa del Moticiclista y Hermes Logística.

Alrededor del edificio de los almacenes ocuparon todo el arranque de las calles Aragó y Manacor en unos momentos de gran ambiente «motero» en los que destacó su inconfundible estética, sobre todo en los vehículos de gran cilindrada. Embutidos en sus monos de cuero y sus cascos de colores, a las 10.15 empezaron a encender los motores y las luces para una apoteósica salida instalada en un pórtico ante la fachada principal de los almacenes. No fue una carrera, sino una concentración popular abierta a cualquier tipo de moto, pero el ambiente no desmerecía de una auténtica competición deportiva.

«Lo que nos motiva es el compañerismo y el buen ambiente que rodea este encuentro», coincidieron en señalar algunos de los moteros reunidos en la luminosa mañana, preludio de una jornada idónea para recorrer las carreteras en un itinerario de 320 kilómetros de distancia que desde Palma siguió por Andratx, Estellencs, Banyalbufar, Valledemossa, Deià, Sóller, Gorg Blau, Lluc, Pollença y el Port, Alcúdia (donde pararon para comer), Can Picafort, Artà, Son Servera (donde pararon para un chocolatada), Manacor, Felanitx, Campos, Llucmajor y el circuito RennArena, donde se estableció a las 19.00 el final del trayecto.

Gabriel Alomar