Mallorca vibró ayer al rugido de las cerca de 5.000 motos que
participaron en la 30 Volta Internacional a Mallorca con
participantes llegados de toda la Isla, la Península y el
extranjero. A las 10.00 de la mañana se concentró el pelotón en las
Avingudes, frente a El Corte Inglés, patrocinador del encuentro,
junto al Govern Balear, el Ajuntament de Palma y Ports de Balears,
1/2 Milla Sport Club, la Federació Balear de Motocicletas, Defensa
del Moticiclista y Hermes Logística.
Alrededor del edificio de los almacenes ocuparon todo el
arranque de las calles Aragó y Manacor en unos momentos de gran
ambiente «motero» en los que destacó su inconfundible estética,
sobre todo en los vehículos de gran cilindrada. Embutidos en sus
monos de cuero y sus cascos de colores, a las 10.15 empezaron a
encender los motores y las luces para una apoteósica salida
instalada en un pórtico ante la fachada principal de los almacenes.
No fue una carrera, sino una concentración popular abierta a
cualquier tipo de moto, pero el ambiente no desmerecía de una
auténtica competición deportiva.
«Lo que nos motiva es el compañerismo y el buen ambiente que
rodea este encuentro», coincidieron en señalar algunos de los
moteros reunidos en la luminosa mañana, preludio de una jornada
idónea para recorrer las carreteras en un itinerario de 320
kilómetros de distancia que desde Palma siguió por Andratx,
Estellencs, Banyalbufar, Valledemossa, Deià, Sóller, Gorg Blau,
Lluc, Pollença y el Port, Alcúdia (donde pararon para comer), Can
Picafort, Artà, Son Servera (donde pararon para un chocolatada),
Manacor, Felanitx, Campos, Llucmajor y el circuito RennArena, donde
se estableció a las 19.00 el final del trayecto.
Gabriel Alomar
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