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JOAN J. SERRA
Anglobalear de Servicios e Higiene (ABH) es una de las empresas autorizadas por Medi Ambient para la recogida y tratamiento de residuos peligrosos. ABH es el gestor autorizado de residuos sanitario de la mayoría de centros hospitalarios de las Islas, pero también gestiona aparatos electrónicos, medicamentos caducados, envases de fitosanitarios, líquidos de fotografía, anticongelantes, tintes de artes gráficas, reactivos de laboratorio, disolventes, filtros de aceite, envases vacíos contaminados, pinturas, lacas, pilas, fluorescentes, baterías, etc. También se dedica a la gestión de suelos contaminados.

Según el último cálculo del sector, Balears generó en 2004 unas 64.000 toneladas de residuos peligrosos. ABH recoge unas 3.000 toneladas anuales, de las que la mitad son sanitarias. Jesús de Benito, propietario; Jacinto Feliu, gerente; y Cristóbal Carrillo, director técnico; explican que «gestionamos y tratamos todos los residuos peligrosos excepto radiactivos y explosivos. En el caso de los residuos sanitarios peligrosos, no los tratamos y nos limitamos a trasladarlos al centro donde se esterilizan».

En opinión de Jacinto Feliu, «el 90 por ciento de los residuos sanitarios generados en Balears se gestiona correctamente. El vertido incontrolado de residuos sanitarios en un solar, como el localizado en Son Anglada, es una actuación irregular, pero en un vertedero es mucho más peligrosa la presencia de aerosoles, extintores y recipientes de gas halón, que ofrecen un mayor riesgo de combustión».

ABH recibe los residuos recogidos en los llamados Sistemas Integrales de Gestión (SIG), que en el caso de Balears abarcan los medicamentos caducados, los envases de productos fitosanitarios y las pilas.

ABH cuenta actualmente con una plantilla de 33 personas y dispone de una flota de 14 vehículos acondicionados para la recogida y el transporte de residuos peligrosos, que son trasladados al centro de recepción y transferencia que la empresa posee en el polígono industrial de Marratxí. «Ningún residuo peligroso se queda en Balears. En nuestro centro los clasificamos, acondicionamos y preparamos para su transporte hasta la Península», explica Jesús de Benito.

Para preparar los residuos, en el centro de Marratxí se ponen en marcha diversos procesos, según el tipo de desecho. Cristóbal Carrillo indica que «de los líquidos de fotografía -reveledores y fijadores- se separan y recuperan los metales pesados. Tratamos los líquidos y obtenemos una masa muy densa y concentrada, por un lado, y agua, por el otro. Este agua es analizada en el laboratorio del Col·legi de Farmacèutics para comprobar si es posible su vertido en el alcantarillado. Si no es así, recibe otro tratamiento específico».

Carrillo añade que «en el caso de los filtros de aceite, los prensamos. Por un lado obtenemos el filtro prensado, por lo que minimizamos el residuo, una de nuestras prioridades, y por el otro extraemos todo el aceite que contenía. En un año tratamos unas 30 toneladas de filtros. Los envases vacíos contaminados también tienen su proceso. Si son de metal o plástico, los prensamos. Si los de plástico son pequeños, los trituramos».