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El consumo eléctrico de Mallorca y Menorca se ha duplicado en los últimos once años y las puntas de consumo se han incrementado en un 66 por ciento desde 1998, año en el que la demanda máxima fue de 626,5 megawatios, muy inferior a los 1.040 megawatios registrados este verano.

El aumento de consumo parece imparable a raíz de las causas que han provocado esta espectacular subida, entre las que se encuentran la masiva instalación de aparatos de climatización (tanto en invierno como en verano), la utilización de nuevos electrodomésticos y el considerable aumento de la población en las Islas.

Para hacer frente a esta realidad, GESA-Endesa se ha visto obligada a realizar inversiones millonarias para garantizar el suministro y en pocos años ha tenido que hacer un auténtico esfuerzo para invertir en la construcción de dos nuevas centrales en Mallorca: Son Reus y la nueva central eléctrica de Cas Tresorer.

Por el momento, la potencia eléctrica instalada en el sistema Mallorca-Menorca es suficiente como para atender los máximos consumos (1.360 megawatios) y los 300 megawatios de margen que existen en la actualidad deben ser suficientes como para evitar apagones y problemas que genera el exceso en el consumo eléctrico.

Ahora bien, a pesar de esa cierta seguridad inicial avalada por la inversión millonaria de GESA-Endesa, sería conveniente que los ciudadanos pusieran su granito de arena e hicieran un esfuerzo por hacer un uso más racional del progreso. La mejora en las infraestructuras eléctricas debe estar acompañada por una necesaria política de ahorro. El progreso, entendido como la incorporación de nuevas tecnologías, no debería ser nunca sinónimo de despilfarro.