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La música, el calor y emesclat volvieron a ser los protagonistas de la Alborada, que volvió a reunir a miles de pollencins y otros tantos llegados de todas partes de Mallorca para disfrutar de esta marchosa fiesta. La velada empezó sobre las once de la noche con diferentes conciertos que crearon ambientes con música para todos los gustos. Sin duda, la Plaça Major fue la que dio cita a un mayor número de público, que bailó hasta la madrugada al ritmo de versiones de canciones de toda la vida.

De todas formas, la fiesta estaba en todas las calles, colapsadas por un ir y venir de gente armada con pistolas de agua y todo tipo de bebidas que eran lanzadas, ayudando así a refrescar el caluroso ambiente.

El momento más esperado y emotivo para los pollencins y pollencines llegó a las cinco de la mañana cuando la banda de música interpretó el himno de la Alborada mientras los asistentes guardaban riguroso silencio hasta que sonó la última nota y todos arrancaron a aplaudir. A.H. (fotos y texto)