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P.C.
El prior del monasterio de la Real, Antoni Vallespir, salió al paso de las críticas de la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, que le culpó de los incidentes del pasado sábado en la romería de San Bernat. «No soy el responsable de lo que pasó», dijo Vallespir a Ultima Hora También, culpó al PP por «envenenar» la romería con «falsos romeros» llegados de la Península, y que venían «convencidos» de que asistían a una manifestación «anticatalanista». Por su parte, los miembros de la Plataforma «Salvem La Real» se desmarcaron de esos hechos tras mantener una reunión anoche, y el PP ha culpado al delegado de Gobierno, Ramón Socías, y al propio prior del monasterio, por no impedir la actuación de grupos de radicales.

«Siempre he dicho que todos los que vienen aquí son bien recibidos y de eso yo me desmarco de algunos miembros de la Plataforma. Yo condeno a quienes impidieron el paso a las personas que venían de Cort, y así ha sido desde siempre», declaró Vallespir. El prior del monasterio subrayó que no estaba de acuerdo con las declaraciones de la alcaldesa, que también responsabilizó a los miembros de la Plataforma Salvem La Real de lo ocurrido, porque «el responsable de lo que ocurre en la calle no soy yo, sólo de lo que ocurre en el Monasterio». «Siempre he hablado a las personas de respeto y paz. Aquí siempre todos han sido bienvenidos, sin importar su ideología», indicó.

Vallespir insistió en que él no puede garantizar la seguridad en las calles, ya que «hay personas encargadas de ello, y no soy yo». «Si hay personas que se desmadran, no podemos controlarlo nosotros. Aquí hay intenciones poco claras de echar las culpas a personas que no tienen ninguna responsabilidad. Nunca hemos querido que pasen cosas como estas», dijo. Y precisó: «Lamentamos muchísimo que algunas personas de afuera y otros de aquí hubiesen impedido el paso (a los concejales de Cort)». Dijo que le «ofendía» que se diga que el Monasterio seguirá albergando a los antihospital. «Queremos un hospital nuevo, pero tenemos el derecho de pedir que se respete el entorno rural del Monasterio». Los misioneros del Sagrado Corazón, por su parte, remitieron un comunicado para reiterar que no secundaban las acciones violentas y que dentro del monasterio, «ámbito de nuestra responsabilidad», señalaron, «las fiestas se han desarrollado con normalidad».