Torres Blasco27/09/06 0:00
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No podía ser de otra manera y el debate sobre el «estado de la Comunidad» se inició con un homenaje de toda la Cámara al diputado socialista, fallecido el pasado viernes, Francesc Quetglas. También Matas inició su intervención recordando al parlamentario fallecido a quien, en una tarde como la de hoy, se dirigió hará algunos años mostrándole un documento que, presuntamente, le habían filtrado sobre sus planes urbanísticos en el Consell. Fue el principio, luego se supo, del «caso Bitel».

La sesión empezó puntual. A las once de la mañana y terminó poco antes de las doce y media. Las dos televisiones, IB3 y la del Consell de Mallorca, ofrecían el discurso. La directora general de IB3, María Umbert, siguió la sesión desde la tribuna del salón de plenos reservada al público, tomada ayer, mayoritariamente, por «la derecha» y afines al PP y familiares, como la esposa del president, Maite Areal. «Rodeados», una roja (Marilena Tugores) y un verde (Llauger). También el director de la tele de Munar, Antoni Moragues, se pasó por el Parlament, pero siguió la sesión desde la Sala Verde, donde se conectó una tele, al igual que en la Sala Amarilla. Moragues siguió el discurso acompañado de otros inevitables de UM, como Josep Lliteres o Cristina Cerdó.

La presidenta de UM y del Consell, Maria Antònia Munar, volvió a ser protagonista de la jornada. Se cogió vacaciones coincidiendo con el debate y aprovechó para «dar la aternativa» a Miquel Nadal. No, la gente de la calle no suele acudir a este tipo de eventos parlamentarios. Quizá lo ven en la tele (más bien no). Políticos y periodistas (cada vez hay más, ya son más que políticos) se reparten los papeles en el gran teatro político autonómico. Por ejemplo, de lo que ayer se hablaba mucho era de los «sospechosos» aplausos (11 en total) a Matas. Cuentan las malas lenguas que habían una especie de guión no escrito (todo el Govern disponía de copia del discurso) con frases susceptibles de ser aplaudidas. Seguramente no era verdad. Sin embargo, y con tanta televisión, el Parlament es lo más parecido a un gran plató donde los aplausos sincronizados son importantes y lucen muy bien ante las cámaras. Esta mañana (y esta tarde, y mañana por la mañana) más.