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J.T.B./J.M.A.
Jeroni Albertí era miembro de UCD y presidía el Consell General Interninsular (CGI), el ente de gobierno autonómico anterior al Govern balear, cuando Jacint Ballesté, fallecido el sábado en Barcelona, fue gobernador civil de Balears. «Tengo un gran recuerdo suyo, era sumamente amable y divertido», recordaba ayer Albertí, quien mantuvo con él una «relación muy fluida». Cuando se puso a prueba esa relación fue la noche del 23-F. Ballesté llamó a todos los representantes del poder político, en aquella época Albertí y el socialista Ramón Aguiló, alcalde de Palma, para lanzar un mensaje de tranquilidad. También conversó con el entonces gobernador militar, De la Torre Pascual y con Fernando Piña, un mallorquín que formaba parte de la Comisión de Subsecretarios y que actuaba como Gobierno mientras el aún presidente, ecentrista Adolfo Suárez, y los ministros estaban secuestrados en el Congreso.

Miquel Durán, diputado por UCD, aportaba ayer una información inédita sobre el nombramiento de Jacint Bellesté como gobernador civil. Recuerda que una tarde, durante una larga sesión en el Congreso de los Diputados, se fijó en alguien que seguía el pleno desde la tribuna de invitados. El entonces ministro José Pedro Pérez Llorca, le informó de quién era. Recuerda Durán: «Me llamó el ministro y me dijo que se llamaba Jacint Ballesté y que lo iban a nombrar gobernador civil en Balears, pero que querían contar con el beneplácito del partido -UCD- en las Islas. Yo les dije que hablaran con Albertí, que presidía el partido y me dijo que lo habían llamado pero que no daban con él». Añade Durán que «me dijo que, de momento, no lo comentara con mucha gente pero yo cometí el error de decírselo a un diputado y al poco tiempo ya corrió la noticia. Ahora creo que ni siquiera Suárez ni eministro cunero -en alusión a Iñigo Cavero, que encabezó la lista de UCD por Balears- sabían de ese nombramiento». Durán también recueda al penúltimo gobernador civil de Balears (el último fue Martín Plansencia, socialista, que también fue el primer delegado del Gobierno) como «hombre simpático y de mucha afabilidad».

Pocos políticos en activo tuvieron relación con Ballesté y, en general, con la clase política de la transición. Celestí Alomar, joven fontanero de la Moncloa, lo calificaba ayer como «un hombre muy de su momento, que encarnó el espíritu de jovialidad de aquellos años de la transición». Por su parte, Jeroni Saiz, que entonces era el líder de la oposición en Cort por UCD, le recuerda también como una persona «liberal, honesta y afable». Saiz indicó ayer que si bien no tuvo una relación política muy directa con Ballesté, siempre le consideró una persona de una gran valía y muy enamorada de Mallorca.