TW
0

M.G.
Bruno Morey celebró ayer su sesenta aniversario como canónigo doctoral de la Seu con una misa solemne en la Catedral, que estuvo presidida por el obispo, Jesús Murgui, y a la que asistieron numerosos amigos del sacerdote. También estuvieron presentes la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, y los alcaldes de Valldemossa y Deià, Joan Muntaner y Bartomeu Crespí respectivamente. Bruno Morey fue el encargado de pronunciar la homilía y lo hizo en castellano, en deferencia a sus amigos venidos de fuera, y en un tono sentido y apasionado, muy característico en él. Al finalizar la misa, el presidente del Cabildo, Joan Darder, y el obispo le dedicaron una cariñosas palabras. Coincidiendo con la celebración de las bodas de diamante, ayer mismo vió la luz un libro que recopila poesías escritas por Bruno Morey en los años 30 y 40 y que regaló a todos los asistentes, que tuvieron la oportunidad de felicitarle personalmente.

«Gracias y perdón» fue el título de la homilía que pronunció Bruno Morey. Dio las gracias a Dios, «por hacerme valldemossí, mallorquín y español» y por todo lo vivido, visto y aprendido, y dio las gracias a las personas que le han ayudado, advertido de los peligros o ayudado a no caer. Recordó las palabras de su madre cuando le dijo: «si no tienes que ser un sacerdote santo, no seas sacerdote», porque, añadió, «cuántas veces me han servido de freno». Y pidió perdón «por no haber logrado ser lo que quería» o «haber herido la susceptibilidad de mis hermanos».