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Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra el próximo domingo 3 de diciembre, Ultima Hora ha visitado dos de los cursos que s'Institut de Serveis Socials i Esportius de Mallorca lleva a cabo en el marco del programa Ergon, dirigido a jóvenes mayores de 16 años que sufren algún tipo de minusvalía física, psíquica o sensorial. Los cursos de ayudante de cocina y de jardinero y viverista ecológico se iniciaron el pasado mes de noviembre y cuentan con 10 y ocho chicos respectivamente. Ambos se prolongan hasta octubre del próximo año. Mercè García y Bárbara Oliver son las profesoras del curso de cocina. Las maestras señalan que la principal finalidad de éste es capacitar a estos jóvenes para que realicen correctamente las funciones de preelaboración de cocina como preparar materias primas, cortar, almacenar y conservar los productos y limpiar las instalaciones con el fin de que puedan llevarlas a cabo posteriormente en un puesto de trabajo.

Estos cursos favorecen la integración de estas personas en la sociedad. Estefanía Muñoz, de 16 años, participa en el curso de cocina porque «me gusta mucho cocinar y quiero dedicarme a ello». La receta que más le gusta hacer es la coca de yogur que realiza con el asesoramiento, además de las profesoras, de Carina Puschmesy, una alumna que hace este curso por segundo año consecutivo. Por su parte, a Manolo Esquinas, de 18 años, le encanta preparar dátiles rellenos con crema de avellanas. Todas las recetas que elaboran durante las clases se sirven a modo de aperitivo en las distintas reuniones que se celebran en la sede de s'Institut y todas aquellas personas que las han catado las aprueban con muy buena nota.

Por su parte, Gori Lladó y Juan Manuel Vergara, profesores del curso de jardinería, apuntan que los alumnos aprenden las técnicas de esta especialidad sin usar productos químicos y trabajando siempre con plantas autóctonas. Por supuesto las materias que se tocan son bastante diferentes en ambos cursos, pero existe un elemento común: el aprendizaje de una serie de hábitos laborales como la puntualidad, el orden, la higiene y el trabajo en equipo, entre otros. El equipo de valoración del programa se encarga, como su nombre indica, de valorar las aptitudes de cada uno de los chicos para diagnosticar el curso que más les conviene, siempre teniendo en cuenta sus propias preferencias. Una vez finalizado el curso y sus correspondientes prácticas en distintas empresas, este equipo les busca un trabajo y supervisa a través de un preparador laboral su evolución. El objetivo de estos cursos es que estos jóvenes con discapacidad se integren en el mundo laboral. Gracias a ellos, este año se han formado unos cincuenta discapacitados.

Samantha Coquillat