El Prix d'Amèrique está rodeado de una espectacular puesta en escena donde no faltan las animadoras, show ecuestre y desfiles de moda.

TW
0

Durante tres minutos los grandes aficionados y seguidores de las carreras del trote viven con intensidad el Prix d'Amèrique, que se celebra cada año el último fin de semana de enero. Fieles a esa cita, decenas de mallorquines acuden a disfrutar del mejor ambiente del trote en el mundo, con permiso del que se vive en el hipódromo de Manacor o el de Palma. Pero el espectáculo se respira desde primera hora de la mañana, con la llegada de la gente. Ellas lucen sus mejores vestidos y abrigos, ellos elegantes y con corbata. La zona vip del hipódromo de Vincennes luce con glamour, personalidades políticas y rostros conocidos forman parte de un espectáculo que momentos previos a la carrera organizan una gran puesta en escena. El pasado domingo, la organización, y siendo París el templo de la moda, realizó un desfile con sugerentes diseños para conductores. Para ello 18 espectaculares modelos lucieron a pie de pista y ante miles de seguidores que vibraron las creaciones más coloridas, exhuberantes y extravagantes para jokeys atrevidos. La aparición de las chicas causó furor, pero quienes caldearon realmente el gélido clima fueron las auténticas cheerleaders. Preciosas y exhuberantes animadoras al más puro estilo americano, con pompones y mini faldas, invitando al público a ponerse en pie y bailar.

Tampoco faltó eshow de jinetes y guerreros, como en la película protagonizada por Mel Gibson «Braveheart» donde los hermosos ejemplares ecuestres cautivaron con su aparición.

Y como colofón a una fiesta que daría el inicio al Prix d'Amèrique, una veintena de lujosos deportivos descapotables portaban a los participantes de la gran carrera. Para el ganador, un millón de euros y el prestigio de ganar la carrera más importante del mundo del trote. En definitiva, París siempre es una gran excusa para disfrutar.

Julián Aguirre
(texto y foto)