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La negociación entre UM y el resto de partidos que, hace ocho años, llevó al socialista Francesc Antich a la Presidencia del Govern fue diferente a la que estos días se está produciendo. En 1999 la propuesta de negociación partió, al menos en las formas, de todas los partidos de izquierda que se reunieron en el Parlament, incluso antes de su constitución, y escenificaron una especie de alianza y su intención de trasladar a Unió Mallorquina una propuesta de acuerdo.

Fue una negociación con «muchas fotos». Entre aquella primera fotografía, a dos días de las elecciones (13 de junio de 1999) a la que recoge el momento de la firma del «Pacte de Progrés» (19 de julio), pasaron muchas cosas; se celebraron muchas reuniones y hubo bastantes desencuentros.

Negociación radiada
Los partidos se reunían conjuntamente y de forma bilateral; se tomaban acuerdos provisionales (como elegir un presidente interino del Parlament), se pactaban desencuentros e incluso se «filtraban» algunos acuerdos no tomados para tratar de influir en otros negociadores. Tras cada reunión se celebraran ruedas de prensa y los representantes de los medios de comunicación acompañaban a los negociadores a las puertas de las sedes de los partidos.

«Esta vez no radiaremos las negociaciones», advirtió Antich a los medios hace unos días cuando anunció que iba a iniciar las negociaciones. El pasado viernes lo volvió a repetir. Esta negociación no se parece en nada a la de 1999.

¿En nada? No exactamente. Hay algo que no ha cambiado: la actitud crítica del PSM y su permanente sensación de sentirse marginado por UM y PSOE. A principios de julio de 1999 todos los medios informaron un día de que el PSM bloqueaba un pacto global de UM con la izquierda que estaba casi cerrado. Los nacionalistas, en la última fase de la negociación, lograron arrancar a UM un compromiso: compartir el gobierno del Consell. El PSOE había cedido el Consell a UM ya que este partido, contrariamente a lo que sucede ahora, nunca mostró interés en participar en el Govern balear. Las negociaciones llegaron a romperse y el entonces secretario general, Mateu Morro, defendía incluso que el PSM se limitara a apoyar la elección de Antich y nada más. También, al final de la negociación, el PSM logró una vicepresidencia para el que había sido candidato al Govern, Pere Sampol. La alternativa, rechazada, fue que se quedaran con el senador que elige el Parlament. Un sector del PSM proponía a Sebastià Serra para ese puesto. El cargo acabó en manos de IU. Manuel Cámara fue elegido senador.

Hace ocho años, los partidos que conforman ahora el Bloc se presentaban por separado. El Bloc no existía.

El PSM y UM desconfiaban mutuamente y eso que, tras su primera Ejecutiva tras las elecciones, UM anunció que abriría una negociación con el PSM antes de decidir con quien pactaba el Govern. Ambas fuerzas nacionalistas se reunieron el 23 de junio y, en la rueda de prensa que se celebró después, Munar explicó que estaban dispuestos a gobernar juntos y a pactar un programa para «presentar» al resto de partidos. Años después, algunas de las personas presentes en esa reunión explicaron que ese acuerdo no llegó a plantearse pero que la presidenta de UM lo contó a la prensa.

Hace ocho años Matas jugó un papel determinante en la negociación y se desplazó a la sede de UM (algo que esta vez no ha hecho). Tras una de las reuniones Munar calificó la propuesta de «poco ilusionante», pero la consideró una «avance». A Munar se le llegó a ofrecer que un ministro (concretamente Javier Arenas) viajara a Palma para plantearle una propuesta irresitible. La noche anterior a la visita del ministro, Munar anuló la reunión. El 11 de julio, tras reunir al Consejo Político, dio el «sí» a Antich.